En una reunión dos amigos empiezan a hablar de las pasadas elecciones, cuando un tercero dice: "cálmense, de política y religión no se habla". Inmediatamente los dos amigos cambian a un tema más cotorro y digerible.
Para muchos, hablar de política es un tabú, casi casi como hablar de sexo en escuela de monjas. A la gente le da pena preguntar, debatir, hacer juicios y cuando lo haces, viene alguien que te dice que de esos temas no se habla y mejor te quedas con tu manojo de dudas, haces como que no te importa, como que lo sabes todo y que no vas a compartir tu valioso conocimiento.
¿No debería tener la misma importancia hablar de política que hablar de sexo? Cada vez más papás saben que es importante mantener informados a sus hijos, tanto de los cambios en su físico, como de los factores externos que potencialmente pueden ser riesgosos si no se toman las medidas necesarias. La falta de información es una de las principales causas por las que existen embarazos no deseados o la gente contrae enfermedades de transmisión sexual; y es bien sabido que los jóvenes que están más informados, practican su sexualidad de manera más responsable y en muchos casos, hasta retrasan el inevitable momento. ¿No sucederá lo mismo con la política?
El otro día mi cuñado se enojó porque mi sobrino de 5 años repite cuestiones de política que escucha en la escuela. Y ¿por qué no?, seguro es culpa de la tía que anda en la grilla por meterle esas ideas del diablo… Y me quedé pensando, ¿qué tiene de malo que un niño hable de política en su casa o en la escuela? Sí, son cuestiones complejas hasta para la mayoría de los adultos, pero no le encuentro el sentido a ocultarles la existencia de la política, como si se tratara de alguna de esas leyendas para que te vayas a dormir temprano.
Durante muchísimo tiempo nos han hecho creer que las cuestiones del país son exclusivamente de los políticos, que los demás no tenemos por qué andar asomando nuestras cabezas por ahí. ¿Para qué?¿Tendrá algún propósito que los jóvenes se mantengan prácticamente apolíticos hasta los 18 años? Y aún así, al cumplir la "mayoría de edad", nos han dicho que nuestro papel se limita a salir a votar y tener nuestros datos del IFE al día. No hay otras maneras de participación ni de consulta (y cuando las hay, las ignoran, ¿verdad, Ebrard?)
En estos días aprobaron la reforma electoral y más allá de los sentimientos que me provoque, lo que más me traumó fue que el 65% de los mexicanos no se enteró siquiera de su existencia. ¿Cómo se supone que un país funciona cuando la gente no sabe qué es lo que está haciendo el gobierno? Con razón nos atoran todo el tiempo.
"Un pueblo informado, jamás manipulado". Suena fácil. ¡Ya no veamos Televisa ni TV Azteca, busquemos otras fuentes de información!… ¿cuáles? Con ese alcance, ninguna. Y por otro lado, es difícil mantenernos informados cuando antes de los 18 prácticamente ni existes para el gobierno y nadie habla de los asuntos importantes, ni en tu casa, ni en tu escuela, ni con los amigos "porque es de mala educación", después esperan que mágicamente, al cumplir la mayoría de edad, quieras participar ir a votar con todas las ganas del mundo, para que alguien más tome decisiones por ti que en muchísimos casos no te benefician. Cuando te involucras viene desencanto tras desencanto y te sientes traicionado por los políticos. Y al final, nos quedamos en un "¿para qué participo, si igual nos joden?". O eso nos han hecho creer. Que no tiene caso hablar de política, no tiene caso estar informado, porque al final, vivimos en el país de no pasa nada.
Pero, ¿qué pasaría si todo el mundo se enterara del gobernador que gastó medio millón de pesos en una camioneta, dinero que debía servir para el drenaje de una comunidad? ¿O que todos se enteraran de que la hija del gobernador de Baja California Sur les dijo "indios e indígenas" de manera despectiva? ¿Si todos se enteraran de la reforma laboral (de lo positivo y lo negativo)? ¿Qué hubiera pasado en las elecciones si la gente se hubiera informado de verdad? ¿Hubiéramos tenido candidatos tan mediocres para empezar?
Así que hagamos el experimento. Hablemos de política. A mí manera de ver las cosas, mientras más se habla de un tema y más se domina, es más difícil que te aplasten, que pasen por encima de ti, que violen tus derechos. Compartamos opiniones, aprendamos a debatir. Todo para que el trabajo de los políticos sea verdaderamente servir a la mayoría y no a sus amigos. Y cuando alguien te diga "de política y religión no se habla" contéstale: ¿Por qué? Y sigue hablando de política.