Ok resulta que este fin de semana me fui a Guadalajara y conocí a una amiga de un amigo de mi hermana, eeequis porque en sí la persona no es lo importante (aunque cabe resaltar que se parecía un poco a mi maestra de laboratorio y hasta es medio maestra y medio intensa); el chiste es que ella estaba diciendo que el DF es lo máximo, que la cultura está increíble, que siempre tenemos conciertos, exposiciones y demás cosas que allá no es tan fácil encontrar; total, que mientras le echaba flores a mi ciudad recordé que hace unos días o semanas, no sé, mi maestra de laboratorio nos estaba presentando el trabajo de unos monos de Chihuahua y lo que saltaba de estos señores es que están haciendo cosas padres aún cuando viven en un entorno que, al menos en cultura visual, pues se quedan bastante cortos comparados con la Ciudad de México y ella se cuestionaba si no será que uno hace cosas más chidas, más intensas cuando te enfrentas a un medio adverso.
Y creo que este fin de semana comprobé esa hipótesis, porque de verdad, Guadalajara, es una ciudad que está creciendo muchísimo, que va que vuela a ser un desmadre igual que el D.F. pero (según comentó la amiguita) es la ciudad con más jóvenes de todo el país y lo más extraño, es que las personas que conozco que viven o que vienen ahí, tienen un empuje bieeen intenso y como unas ganas bien fuertes por hacer cosas chidas y por aprender y por cambiar el mundo o simplemente por sobresalir, aún sin tener el mismo acceso a la cultura que tenemos nosotros.
Y no sé los demás defeños cómo se sientan, pero viendo a la gente de mi entorno, a los jóvenes con los que yo tengo contacto, como que hay bien poquitos que se sientan así y de los que yo realmente diga, no manches, estás cabrón.
Pensándolo en mi caso particular, tengo un buen de ganas de hacer cosas, pero siento que a veces la ciudad sí limita, sí intimida. No sé qué sea, pero a mí sí me da la cosa de: es que esto ya lo hicieron, es que esto ya lo vi, es que hay cosas más chidas. Y eso me frena un buen, porque llegas a un medio donde a veces sientes que ya todo se dijo, que no hay nada qué proponer y si propones es difícil sobresalir porque como tú hay miles. Y creo que eso a veces hace que uno se quede en lo mismo, que no avances; a pesar de tener todos los medios para poder hacerlo.
Después de pensar en esto, la verdad me desmotivé un buen, porque siempre he estado bien orgullosa de la ciudad y de los jóvenes que vivimos aquí y dije, chale, ¿Para qué somos la "capital" si al final, las cosas más chidas salen en otros estados?
Peeeero, gracias a los dioses, estoy en una etapa optimista de mi vida, donde de verdad creo que cada quien hace su felicidad y más que cualquier otra cosa, me motivé para destacar, para estudiar qué mueve a la gente que no nació en el D.F. que los hace tener esas ganas de proponer y de no dejarse intimidar por lo que ya está allá afuera.
Lo que sí, es que está para pensarse ¿Estar en esta ciudad nos limita o nos abre más puertas?
yes!!!... aunque no se si reír o llorar... :)
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